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"Los jefes de Control Interno de las entidades del orden nacional son –como siempre lo digo– mis ojos y oídos, mis agentes que me dan la tranquilidad de que velan por que las instituciones públicas funcionen de forma transparente y eficiente, cumpliendo con honradez la misión para las que fueron creadas", así se refiere el Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, cuando habla de la importancia del Control Interno en el país, pues es un apoyo esencial en la planeación estratégica, y en la identificación de riesgos y de casos de corrupción que se puedan presentar.

Allí se refleja el valor que tienen la oficinas de Control Interno de las entidades del Estado, ya que en ellas recae que la ciudadanía tenga confianza en las instituciones y que la transparencia sea una clave de la administración pública.

 

Su importancia y relevancia está definida en la Constitución Política de Colombia, en los artículos 209 y 269, que disponen la obligatoriedad de contar con procedimientos de control al interior de toda la administración pública. Estas disposiciones fueron desarrolladas posteriormente por el legislador a través de la Ley 87 de 1993 y sus decretos reglamentarios.

Las Oficinas de Control Interno son las encargadas de medir y evaluar la eficiencia y eficacia de la gestión, asesorando a la Dirección en la continuidad del proceso administrativo, la revaluación de los planes establecidos y en la introducción de los correctivos necesarios para el cumplimiento de las metas previstas.

La responsabilidad trascendental que les compete a las áreas de Control Interno o unidades de auditoría en la gestión pública va de la mano, con la oportunidad de aportar a la misión del Estado.


Las funciones de esta dependencia, se han consolidado en cinco grandes roles, que son:

  1. Evaluación y seguimiento
  2. Administración del Riesgo
  3. Acompañamiento y Asesoría
  4. Fomento de la Cultura de Control
  5. Relación con Entes Externos

El mérito del desempeño de los roles de las áreas de Control Interno está en el valor agregado que los auditores dan a la gestión institucional, mediante el producto de su labor.

En la evaluación independiente, por ejemplo, las áreas de Control Interno presentan a la administración, los reportes de los resultados de sus seguimientos, el análisis y la elaboración de informes que ordena la Ley, acorde con el Programa Anual de Auditorías.

El valor agregado de los informes de resultados, y en general de los productos de la gestión de evaluación y seguimiento, está en las observaciones, sugerencias y recomendaciones, generadas sobre los aspectos en los que se evidencie la necesidad de corregir, ajustar o mejorar, el progreso de la entidad. Así mismo, en evidenciar los factores exitosos que representan fortalezas para la consecución de los logros, el avance de la gestión.

Otro ejemplo está en el fomento de la cultura de control, gestión con la que se busca fortalecer en los servidores de las entidades, la concepción en torno a factores administrativos claves en el desempeño cotidiano, esto con el fin de lograr los objetivos. Con relación a este tema, el jefe de Estado ha dicho que "es claro que el Control Interno no es una responsabilidad exclusiva de los equipos de estas oficinas. La autorregulación y el ejercicio del Control Interno son deberes de cada uno de nosotros, los servidores públicos, así como su implementación y fortalecimiento".

La responsabilidad de los auditores internos de gestión en la administración pública y sus obligaciones constituyen una oportunidad de contribuir con el mejoramiento continuo de los procesos y el logro de los objetivos institucionales. Ellos son asesores y acompañantes en la gestión, quienes con su mirada integral y conocimiento, propenden por el cumplimiento de la Ley y el óptimo funcionamiento del Sistema de Control Interno de su entidad. También son observadores, investigadores, analistas y evaluadores de los objetivos y de acciones proactivas.

El trabajo en materia de Control Interno invita constantemente a realizar mediciones, evaluaciones y análisis de resultados, para la permanente retroalimentación y mejora en la gestión. Con la aplicación de la normatividad vigente, la mirada integral, el análisis juicioso y las conclusiones objetivas, los auditores trabajan para fortalecer sus entidades y el trabajo de las mismas de cara a la sociedad.

De esta manera el Control Interno contribuye al aumento de la confianza de los ciudadanos en lo público, al velar por el éxito de la gestión pública. Esto en la actualidad del país toma una mayor relevancia al enfrentarse a un escenario de posconflicto, donde se debe restituir la confianza y la fe de los colombianos en el sector público. Porque la confianza en las instituciones juega un papel clave en un país que apuesta por la paz y la reconciliación.

Tomado de sirvoamipais.gov.co